Alimentando a las Palomas

Intente no ahogarme al sobre entender lo que la peliazul queria decir con hacer cosas que ellas no, un suave rubor apareciendo en mi rostro, el cual para mi desgracia era grandemente visible debido a la tez palida de mi piel. Debia empezar a salir mas a menudo al sol....si es que llegaba a tener tiempo. De hecho usualmente para estas horas ya estaba de vuelta a casa, llenando su cabeza con informacion hacerca de algun misterio o investigando sobre cierta demonologia, y algunos casos, recuperando horas perdidas de sueño. Sin embargo no aquella vez pues estaba teniendo una placentera conversacion y no era a diario que alguien se encontrase con otros seres sobrenaturales a los cuales no estaba buscando, siguiendo o amenazando. Solo teniendo una civilizada conversacion con. Volteo a ver a la antigua la cual al parecer aunque intentaba esconder que queria reirse por el comentario de la peliazul, no habia logrado ocultar del todo la pequeña risa que le daba oir eso. Calmandome era mi hora de responder, aunque realmente me costaba trabajo mantener la postura.

- Tendrian que disculparme entonces, realmente es poco lo que llevo en esta condicion y poco mas que el mundo oculto fue revelado ante mis ojos. - Empuje mis lentes oscuros hacia arriba, pues se habian desacomodado en mi intento de no terminar ahogado por la bola de helado que llevaba a mi boca. Observe a ambas, sonriendo antes de continuar - De Igual manera estoy seguro que ambas de ustedes han llegado a hacer cosas que yo ni siquiera me imagino, y ademas de que en su periodo de vida, dudo que no hayan aprendido de aquellas artes tambien - Voltee primero a la peliazul, sonriendo insinuadoramente antes de voltear a la antigua con la misma sonrisa. - Aun asi como lo dices Ariel, Aun hay tanto por ver, tanto que apreciar. -

Se quedó mirando a Shifter, primeramente aquella enorme mancha roja que cubría su rostro lo hacía ver extremadamente gracioso, le dieron unas ganas enormes de reirse y de palpar la piel que cambiaba su color tan notablemente, incluso sus ojos humanos eran capaces de observar las pequeñas venas que se transparentaban en su rostro, era muy interesante la anatomía humana, y más cuando era aplicada. Se preguntó cuán resistente era esa piel, qué tan joven era y la raza exacta de su procedencia, eran muchas las posibilidades para con aquel sujeto.

Sin embargo, aquella mirada tan significativa por parte del sujeto la dejó pensando, en sí el significado de sus palabras no le llamaron mucho la atención, por supuesto que había aprendido montonales de cosas, había enseñado al mundo otras, y el intercambio de información siempre fue constante. Sin embargo, decidió girar su rostro y sonreirle nerviosamente a la castaña, dejando por la paz aquella conversación sin palabras que había creado sin querer con el joven (que probablemente no era tan joven como aparentaba) y que, decidió, era mejor detener por el bien sano de ambos.

-¿Sabes? La verdad, quien sabe—dije aún sin mirarle—. No porque no puedas morir tan fácilmente o porque hayas vivido por más de cuatro digitos no es como si pudieras hacer la gran cosa. Hay veces en las que eres un trozo de carne inútil en muchas situaciones, por supuesto, en otras “salvas el día”—en ese momento realizó un gesto casi sarcástico, haciendo burla de los diálogos de textos cómicos humanos—, pero el darte cuenta de lo que puedes hacer y de lo que no, reconocer tus límites, es un arma de doble filo que depende de ti aprovechar—reparó un poco más en la chica, escaneando lo mejor que su cuerpo le permitía aquella aura e identificándola, algo así como una espina, una mancha, algo le habían enterrado a la esencia...

-“Me pregunto si esa cosa podría quitarse... como si yo podría deshacerme de...”—pasó una de sus manos sobre aquel cristal en su pecho oculto tras sus ropas invernales, sintió un poco de empatía para con aquella chica, ambas con una mancha negra que no podían eliminar, la diferencia entre ambas consistía en que el aura de ella era infinitamente más pura que la de la dragona, un detalle interesante.

-Yo también creo que hay muchas cosas que ver—continuó tras su ligera pausa—, aprender, apuesto a que lo habrán sentido no hace mucho y lo habrán notado con bastante claridad, algo va a pasar, no es común que seres tan diferentes y no humanos se encuentren por “casualidad” como nosotros lo hicimos el día de hoy—en ese momento, se dignó a posar sus ojos metálicos sobre Shifter—, esto debe de ser una especie de señal, un evento importante se va a llevar a cabo—rió un poco—, no siento estar paranoica ni imaginando cosas, y firmemente puedo decir que qué lástima por el pobre diablo que se vaya a perder del espectáculo que el mundo tiene para ofrecernos.

-“Si, maestro... qué lástima que te vas a perder de esto.”

-Si es que algo va a pasar realmente... –susurró por lo bajo con la mirada gacha, meditándolo un instante–, y seres como nosotros estarán implicados... sólo tengo una cosa qué decir –susurró tras ladear una sonrisa burlona–; pobres humanos –recitó tras restarle importancia al hecho, y regresar a seguir comiendo lentamente su helado para disfrutarlo, ya llegando al conito que comenzó a mordisquear con cuidado, como si fuera una típica niñita a la cual los sucesos del mundo le pasaban desapercibidos.

Quizás en parte fuera así. Los conflictos con humanos siempre eran desastrosos, y la verdad, ella prefería evitarlos cada que podía, porque no había mayor preste que la humanidad. Ellos solos se encargaban de irse exterminando lentamente, y más que regocijo, era deprimente observarlo. Era una lastima por las pocas personas buenas en el mundo que valían la pena, pero la sociedad parecía tan destinada a degradarse siempre pasara lo que pasara...

-Espero que sea algo grande, digno de presenciar –sonrió una vez más, como comentario a sí misma. Si la raza humana iba a salir afectada al final, esperaba que fuera algo que valiera la pena.

Su rostro se volvio serio al momento en que sus sospechas eran confirmadas, claro habia escuchado los rumores de vampiros, de otros licantropos, pero nadie podia decirle con claridad que, si era que algo iba a pasar, estos dos seres sin embargo, eran mucho mas antiguos que los que se topaba regularmente, y creia por alguna razon, que si alguien sabia que estaba a punto de pasar eran ellas. Suavice mi rostro antes de volver a hablar con ellas,- Este mundo a visto su buen numero de Odiseas y a precenciado momentos de gran magnitud, creo que ya estariamos sobreviviendo alrededor de doce apocalypsis, algunos mas raros que los otros, lo que sea que venga estaremos listos - Dije optimista, aunque realmente no estaba seguro si esto era verdad, quien sabe tal vez este mundo ya estaba a punto de conocer su fin, - Y si es que acaso no sobrevive el que viene, pues hey, algun tiempo tenia que pasar - Dije sin darle mucha importancia al asunto - Sea como sea, solo espero poder hacer algo, ya sea que mi papel sea grande o pequeño en el, al menos tener un papel. - Sonrei para ambas, quitandome los lentes por primera vez desde que nos conociamos.

- Quizas no sea la manera en que uno pueda llegar a vivir mas de cien años, pero al menos creo que seria una manera mas divertida de pasar la vida - Dije viendo al horizonte por unos momentos antes de voltear a verles, esperando sus opiniones al respecto.

Rió con el comentario final de Shifter— ¿Más vale breve y dos veces bueno que el doble pero sin chiste?—frase inmortal que había escuchado en una película humana que jamás olvidaría, Nicotina, lo recordaba muy bien, esa cinta, la historia, los diálogos y las actuaciones consiguieron que se riera en repetidas ocasiones, el ingenio humano era increíble a su parecer.

Elevó sus brazos hacia el aire y estiró por completo su cuerpo, escuchando tronar las articulaciones de sus brazos y en parte su columna, sintiendo una relajación física placentera. Veía cómo el sol se levantaba lentamente y el calor inundaba mi cuerpo lentamente, algo que, en realidad, no me molestaba en lo absoluto gracias a la protección que adquiría con la piel humana, pese a ello, el interior de este cuerpo permanecía helado, una temperatura a la cual cualquier humano moriría tras exponerse mucho tiempo a ella.

-Total, lo que pase o deje de pasar no va a ser por nuestra entera culpa, así que en ese aspecto podemos relajarnos y ser felices por siempre jamás—algo más o menos así le había dicho su maestro en una ocasión, palabras que procuraba no olvidar y que le habían proporcionado un confor agradable en varias ocasiones.

-Pero... –discrepó quedito, en un tono suave y quedo–, eso no cuenta para alguien como tú... ¿No es así? –alzó la mirada, directamente a la peliazul–. Por muy poderosa que seas, tienes tu lado blando para con la humanidad, no creo que seas capaz de ver a un bebé a punto de ser asesinado y no hacer nada –aseguró tras desviar la mirada ligeramente ida–. No, no creo... Lo más probable es, que aunque no te sientas responsable de la situación, te sientas culpable de lo que sucederá si la observas y no haces nada por impedirla. Dudo mucho que seas esa clase de ser cruel, tu aura no se nota tan maligna o negativa –pero en lugar de seguir con ella, volteó hasta el pelinegro–. Y tú..., alguna vez debiste haber sido humano también. La pregunta es, ¿estarías dispuesto a ver morir a la raza a la que alguna vez perteneciste? Raza donde no sólo iría gente mala, sino personas inocentes...

Ese tipo de juicios siempre eran injustos, como todo en la vida. Se llevaban a toda la gente por igual, y sólo en Dios decidía a quiénes les daba acceso a su reino; pero eso nunca cambiaría que la vida era vida y la muerte, muerte, no había modo de comparar el estar vivo con ir al cielo.